Una tradición creciente en los hogares cubanos ha alcanzado la tercera edad: sintonizar desde muy temprano Radio Reloj, la emisora que trae la actualidad a nuestras casas sin estridencia y nos advierte del paso irrefrenable del tiempo sobre nuestras vidas.
Mientras niños y adolescentes se alistan para sus escuelas, padres y tíos comienzan a pensar en lo que deberá suceder durante la jornada en sus ocupaciones respectivas, y los abuelos preparan el desayuno o se disponen a estar entre los primeros en la bodega o el puesto, o el estanquillo de periódicos, mientras la vida se reanuda con los primeros albores de la mañana.
Entonces esta emisora entra en nuestras vidas con sus mensajes del presente, con la memoria del pasado y el tic tac inconfundible que la caracteriza hacia el porvenir.
Vitalidad y experiencia
La modestia, la inmediatez informativa, la ecuanimidad en el tono y la necesaria reiteración son cualidades que avalan la experiencia noticiosa de Radio Reloj, donde tenemos presente la importancia del tiempo para la vida humana.
El mito de que nuestra audiencia es eminentemente de adultos mayores lo desmiente el hecho de que los jóvenes cubanos no son adictos a la ramplonería, al estrépito musical, a la vulgaridad en el decir y en el comportamiento.
La mayoría de los trabajadores de esta planta, -periodistas, locutores y personal administrativo-, son jóvenes que no rebasan los 35 años, y casi todos nacimos oyendo el tic tac “radiorrelojero”.
Los que servimos al pueblo desde esta emisora, estamos convencidos de que más allá de nuestras vidas seguirá escuchándose el tic tac que ahora acompaña la celebración de este cumpleaños 71.