Amores hay de todo tipo: apasionados, trágicos, veloces, breves, largos, aburridos… e imposibles.
De estos últimos la humanidad ha conocido muchos que pasaron a la historia, pero los hay también ignorados, como el amor adolescente, por ejemplo, ese que se da cuando alguien se empeña en matarse a suspiros por su cantante favorito, o una bella e inalcanzable actriz.
Esta variante del amor, –porque es amor a fin de cuentas-, tuvo su época dorada. Cansado el mundo de guerras –algunas bastante absurdas– y amores trágicos como el de Cleopatra y Marco Antonio, fue como si hombres y mujeres se pusieran de acuerdo para iniciar allá a finales del siglo XI y principios del XII, un pacto de paz con los corazones.
Se atribuye a la reina Leonor de Aquitania, esposa de Luis VII, el haber contribuido a crear zonas sociales donde reinara el llamado amor cortés.
Literatura inspirada en amores imposibles.
El genial autor florentino de la Civina Comedia, Dante Alighieri, escribió decenas de poemas líricos y prosas a diversas mujeres, pero fue a la menor de edad, Beatriz, a quien dedicó la mayor parte de su obra.
Cuando Dante vio por primera vez a Beatriz Portinari, ella tenía nueve años. Era prohibida; él se sumió en un amor platónico. Volvió a verla cuando la muchacha ya tenía 18 años, pero escondió sus sentimientos disfrazándolos en galanteos con otra mujer.
Gracias a historias como esta, el mundo tiene hoy una cantidad fabulosa de buena literatura. Esa escritura recoge, pero además oculta bajo miles de cuartillas, los nombres reales de la trágica historia de La Reina Ginebra, esposa del Rey Arturo.
Ella fascinada por otro caballero; él -Lanzarote del Lago- pleno de pasión, se olvida hasta de que debe buscar en Santo Grial.
Alabanza a los amores prohibidos.
A los amores imposibles se les atribuye también la castidad, porque se suponía que era enamoramiento puro, sin tocarse ni un dedo, «amar el amor» y otros etcéteras muy románticos.
Sin embargo, en el siglo XII europeo, el adulterio se daba con bastante frecuencia, aunque todo parece indicar que ha estado ligado a la pasión en todas las épocas y culturas.
Nada más atractivo que lo prohibido para que nazcan los grandes deseos. En esa época aparecen también escritos, poemas y canciones, donde se sienta en el banquillo de los acusados al matrimonio convencional y se le presenta como el «asesino» del amor, plagado de convencionalismos y falto de libertad.
Se alaba entonces, la audacia de los amores prohibidos, la medida de la valentía para enfrentarse al mundo. Pudo haber sido el lema de la época: “¿NO me dejan?: pues lo quiero”.
Son amores al fin y al cabo.
Un poco más cercanas en el tiempo, otras apasionantes historias de amor imposible fueron llevadas a la literatura. El famoso escritor inglés William Shakespeare acudió a dosS familias tradicionalistas hasta el absurdo y gracias a la magia de su palabra podemos llorar a gusto con el romance infortunado de Romeo y Julieta.
En fin, se han convertido en amores imposibles o prohibidos los que fueron rechazados por la sociedad, las religiones, las épocas, por su carácter homosexual, lésbico o por la violencia del racismo. Por haber, ha habido de todo.
Algunas pasiones, contra viento y marea, florecieron, otras naufragaron en la derrota, pero nacieron y son -aunque dramáticas-, amores al fin y al cabo.