La Habana, Cuba. – La final de la segunda Liga Élite de Béisbol entre los Cazadores de Artemisa y los Cocodrilos de Matanzas va dejando moralejas o anotaciones bien precisas.
La primera y más importante es la entrega de ambas selecciones en pos de un espectáculo sociocultural y deportivo que siempre espera nuestro pueblo. Más adentro, hay que ponderar el trabajo del lanzador Liván Moinelo como refuerzo de Artemisa.
Basta decir que al soberbio desempeño que nos tiene acostumbrando en estos play off, sumó un gesto inolvidable y motivo de una crónica aparte, abrazar a Yurisbel Gracial en su turno al bate, luego de más de seis años que no se enfrentaban, pues fueron compañeros muchos años en los Halcones de Softbank. Eso hizo grande el partido también.
Asimismo, hemos presenciado algunas estrategias bien discutidas de los mentores en cuanto a cambios de lanzadores y oportunidades a jugadores en la alineación.
Otras anotaciones
Es ético y justo ponderar la extraordinaria defensa que va mostrando Yordan Manduley en segunda base durante esta postemporada con el equipo Matanzas. Ha realizado doble play salvadores y claves en varios juegos.
Una acotación preocupante en este play off ha sido ver a jugadores que no corren o simplemente van trotando para primera en rolatas por el cuadro. Es un mal que se entroniza rápido y que los mentores viejos y exigentes castigaban al momento con sacarlo de la alineación.
Sigue llamando la atención y mereciendo aplausos la labor del receptor Andy Cosme, oportuno y con nervios de acero, como si estuviera acostumbrado toda la vida a venir al home plate con hombres en posición anotadora.
Sin dudas, la final de esta Liga Élite ha complacido al más exigente, y por suerte, la fiesta ha sido complementada con un apoyo masivo de aficionados. Eso es lo que necesitamos.