La Habana, Cuba. – El joven Martí escribió que nuestro amor a la Patria, más que el amor a la tierra hollada por nuestras plantas, es el dulce aferramiento a las memorias pasadas entre los seres queridos en los tiempos de la infancia.
La furia contra el que agrede a los suyos y a su casa, la vierte el niño con odio e incontenible pujanza, pues no conoce medida cuando de su amor se trata. Crece en el hombre esa furia y se hace encono en su alma y a medida que envejece se robustece en su entraña, porque ha entendido la vida y ya su suerte está echada.
Hombre en verdad se sintió Martí mientras cabalgaba en la manigua insurrecta para derrocar a España.
Un solo hombre será toda la nación cubana si el imperio decidiera invadirla y ocuparla, porque Cuba seguirá, pese a todas las campañas, soberana y socialista, firme y revolucionaria.