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La Habana, Cuba. – En uno de sus ensayos nuestro apóstol Martí dijo: “Gobernante en pueblo nuevo tiene que ser creativo”. La democracia cubana que hoy construye el socialismo, sigue en la práctica diaria ese martiano principio.

Los futuros diputados no iban conquistando amigos en campaña electorera prometiendo beneficios y repartiendo su imagen en pasquines llamativos, con demagógicas frases y el respeto impuesto a tiros.

Fueron a sus electores, hablaron con los vecinos, conocieron sus problemas, supieron sus desafíos, aprendieron de sus vidas y las vidas de sus hijos, penetraron en sus almas y conocieron sus ritos…

No fueron a decir qué haremos, sino a comprobar qué hicimos. Eso es democracia plena, en el moderno ejercicio que no se limita a un voto ni al interés de un partido, sino al sueño de millones que un brazo en alto ha esgrimido.