La Habana, Cuba. – Ese pan redondo y suave que apenas costaba un medio, por arte de magia un día subió su valor a un peso.

(En realidad no fue un mago, sino fue un genio maléfico que en el Fondo Monetario, para apoyar el bloqueo, trazó su plan para Cuba en el orden financiero, para sembrar en mi gente amargura y descontento).

De un peso, el humilde pan en la escala fue subiendo hasta entrar en una bolsa junto a 8 compañeros y ante el asombro de todos venderse a 50 pesos.

Jóvenes aficionados a futuros bandoleros detrás del dinero fácil, entusiastas pregoneros que van estafando a otros quintuplicando los precios, recuerden a la perrita, a la sarnosa del cuento, que prendieron por golosa, por quemar al panadero.

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