A pesar de los esfuerzos que hacen las autoridades para que el curso prosiga y no se pierdan las clases, a pesar de la pandemia y a pesar de los pesares, perdiendo el tiempo y la vida vemos muchos escolares que corren y se divierten en las calles y los parques a cualquier hora del día en la mañana o la tarde.

No sólo el conocimiento les faltará en lo adelante; también hábitos de estudio, de conducta, habilidades que de manera virtual procuran las teleclases.

Uno entonces se pregunta dónde se encuentran sus padres, a cuánto asciende la multa que pagan los familiares, cuando el dolor del bolsillo los hace más responsables.

El tiempo que desperdician ahora los estudiantes, con el paso de los años la vida vendrá a cobrarles.