El humilde boniato es un alimento excepcionalmente rico en nutrientes antioxidantes. Contiene tanto betacaroteno como las zanahorias y tanta vitamina C como las papas.
Además, tiene magnesio, hierro, fósforo y calcio. Pero por encima de todo se trata de un alimento calórico debido a sus azúcares. Sin embargo, no se puede decir que el boniato contribuya a la obesidad, sino todo lo contrario: no aporta grasas y sacia mucho, por lo que en realidad evita que se coma más cantidad de otros alimentos menos equilibrados.
Añade la ventaja de que se digiere fácilmente, resultando incluso balsámico para las molestias del tracto digestivo. En la corteza contiene taninos, flavonoides que lo hacen astringente y por lo tanto útil en caso de diarreas.
También posee variadas opciones culinarias, tanto saladas como dulces. Por lo tanto podemos afirmar que el boniato es un tesoro bajo la tierra.
Sabroso boniatillo
Ahora daremos una de las tantas recetas que podemos elaborar con esa saludable vianda. Se trata de boniatillo con yemas.
Lave y pele dos libras de boniatos y cocínelos hasta que estén blandos. Aún calientes y sin agua, páselos por un colador o por la batidora.
A esa masa le vertirá luego un almíbar a medio punto, que hará con taza y media del agua donde los hirvió, tres tazas de azúcar y una tacita pequeña de zumo de limón.
Tome parte del puré de boniato y añádale el almíbar ya hecho. Ponga esa preparación a fuego lento hasta que espese. Incorpórele cuatro yemas de huevo y una todo bien. Agréguele la otra parte del puré. Todo mezclado se deja a fuego lento durante varios minutos.
Por último, añádale una cucharada de mantequilla y tres cucharadas de vino seco. Sírvalo con canela en polvo por encima.