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La Habana, Cuba. – La más potente de las drogas estimulantes es la cocaína, muy peligrosa y altamente adictiva, por lo que su producción y comercio están penalizados.

Este narcótico es objeto de contrabando por parte de redes criminales internacionales, que promocionan la adicción en niños y jóvenes, y causan graves daños a los consumidores, a sus familias y la sociedad en general.

La cocaína es un peligroso estimulante del Sistema Nervioso Central y proviene de un arbusto sudamericano llamado Eritroxilon coca. La planta fue utilizada en el siglo pasado para elaborar tónicos y Coca Cola, pero cuando fue declarada ilegal, se suprimió de esos productos.

La cocaína generalmente aparece como un polvo blanco, o en forma de pequeños cristales, conocidos como crack, por el sonido crujiente que hacen al calentarlos.

Si te inicias, te esclavizas

La cocaína puede ocasionar graves daños a la salud desde la primera vez que se consume, entre sus efectos inmediatos están la ansiedad, euforia, excitación, aparente disminución de la fatiga y falsa sensación de fortaleza física, así como aumento del deseo sexual.

De igual modo, las pupilas se dilatan y la presión arterial aumenta; en dosis mayores, la cocaína puede producir alucinaciones y delirios de persecución, y luego deja una profunda y peligrosa depresión.

Su consumo provoca mareos, vómitos y extrema palidez, y lleva a una rápida pérdida de peso, debilidad física, sinusitis y perforación del tabique nasal.

La cocaína rara vez se consume sola, lo que la hace más peligrosa, al acompañarse de drogas “porteras” como el alcohol y el tabaco, y algunos fármacos depresores que disminuyan la euforia.

Trampa mortal

Al desarrollar tolerancia a la cocaína, muchas personas consumen cantidades mayores, ello les causa una intoxicación aguda con resequedad bucal; escalofrío, euforia, dilatación de pupilas, y también fiebre, náuseas y dolor abdominal.

Esa droga provoca igualmente respiración irregular, cambios en el pulso, convulsiones y trastornos de la circulación que pueden llevar a infartos, hemorragias cerebrales y a la muerte.

Cuando el adicto quiere librarse, debe hacerlo bajo supervisión médica, pero mucho mejor es no iniciarse, el peligro está en probar una vez, ya que te deja marcado. La persona sigue cayendo, hasta volverse adicta, el clorhidrato de cocaína no tiene uso medicinal.

En caso de hallar un recalo, avisa a las autoridades pertinentes, y si eres adicto, la línea confidencial 103 te ofrece ayuda.