La irrupción de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria es un paso de gran avance, pero también puede desencadenar nuevas adicciones.

Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 4 personas sufren trastornos de conducta relacionados con las nuevas adicciones, es decir, cuando la afición interfiere en la vida cotidiana o si se practica por necesidad en lugar de pasarlo bien.

Y es que la ciberadicción es el uso excesivo, problemático y patológico de Internet, a través de ordenadores, teléfonos, tabletas y otros, que interfiere con la vida diaria.

La red de redes ofrece una inagotable fuente de entretenimiento, sin embargo, ello no es motivo suficiente para mantener conectada a una persona durante prolongado tiempo.

Adicciones comportamentales

La adicción a Internet implica el uso compulsivo y patológico de todas sus posibilidades tecnológicas: redes sociales, juegos en línea, correo electrónico, chats.

Ésta forma parte de las llamadas nuevas adicciones sin droga o comportamentales, y si bien no es una enfermedad aceptada oficialmente, es una realidad incuestionable.

La mayor parte de los internautas reconoce que escribiendo o tecleando se expresan mucho mejor que con la comunicación persona a persona, y a ello hay que añadir la ventaja de poder crear un personaje a la propia medida y convertirse en el yo ideal de uno mismo.

Aunque en la actualidad el uso de las tecnologías y la información son indispensables, debemos aprender a establecer prioridades y manejarlas racionalmente.