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La Habana, Cuba. – Cuenta la tradición que un viajero portugués, enrolado en la expedición que condujo Fernando de Magallanes buscando una vía a las Indias, al ver un monte gritó: Monte vide eu. Y en ese lugar surgió luego el Fuerte de San José, más tarde Montevideo, la capital de la República Oriental del Uruguay.

Entre los primeros pobladores de la que luego sería una de las ciudades más populosas de Latinoamérica, estuvieron el capitán bonaerense Pedro Gronardo, gran conocedor de la bahía y negociante en cueros; el genovés Yóryio Borguése –conocido como Jorge Burgues-, quien edificó en 1724 una casa de piedra y tejas con huerta y arboleda; y el francés Juan Bautista Caillós.

Como dato curioso, de los 34 primeros habitantes de Montevideo que procedían de Buenos Aires, 24 eran parientes.

Su símbolo es la carreta

Montevideo, la capital de Uruguay, fue en sus albores una plaza fuerte y amurallada. Al cuadrado fortificado de la ciudadela se unía el Fuerte de San José, en el acceso a la bahía.

Tras erigirse en cabeza de gobernación, Montevideo afirmó su desarrollo y se transformó en un puerto de primera categoría en el río de La Plata. Y a medida que su importancia fue reconocida en sucesivas disposiciones de la Corona española, a la urbe fue acudiendo toda la riqueza del territorio uruguayo, sobre todo los cueros.

Hoy, el departamento donde se encuentra ubicada la capital, y que lleva el mismo nombre, abarca unos 528 kilómetros cuadrados, aproximadamente.

Y tal como Copenhague? tiene su Sirenita y Río de Janeiro su Cristo, Montevideo posee La Carreta, original conjunto escultórico de obligada visita para todo el que llega a la urbe.