Si caemos, que nuestra sangre señale el camino a la libertad, afirmó José Antonio Echeverría en su testamento político, escrito el 13 de marzo de 1957, previo al asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj.
En sus líneas expresó que aunque conocía el peligro y no lo buscaba, cumplía con su deber de luchar por la libertad de nuestra Patria.
Sesenta y cuatro años después, esas memorables palabras toman vida y se vuelven guía para las nuevas generaciones, a quienes les toca continuar luchando y defendiendo todas las conquistas alcanzadas con sangre.
Como José Antonio, los jóvenes de hoy tienen la misión de defender la Patria, pero desde sus trincheras de trabajo, impulsando la economía, desarrollando el país y venciendo los obstáculos que a diario nos ponen en el camino aquellos que no entienden de la libertad y la decisión de un pueblo.