La Habana, Cuba. – Para fundadores de la Escuela Secundaria Básica en el Campo Máximo Gómez Báez, de Güira de Melena, es un privilegio haber formado parte de la pléyade que cumplió el sueño de Fidel y el legado de Martí.

Muy jóvenes simultanearon trabajo y estudio para cumplir el compromiso refrendado en el Segundo Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas. ¿Cómo se resolvería el problema de los profesores de secundaria básica?, ¡Hay que desarrollar un movimiento de captación de jóvenes de décimo grado para que marchen a enseñar a las secundarias en el campo bajo la dirección de profesores con más experiencia!, dijo en aquella ocasión el máximo líder.

De inmediato, cientos de jóvenes integraron el primer contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech.

Marcharon al campo con la tarea de impartir clases y convertir cada ESBEC en bastión de la Educación Cubana.

La ESBEC de los espejos

En la casa de los profe de matemáticas Jorge y Alicia hubo lágrimas, risas y hasta karaoque, evocando recuerdos de  la ESBEC Máximo Gómez.

Pedro Rodríguez, entonces jefe de la cátedra de Geografía, coordinó el encuentro de fundadores. Alberto Vázquez, alumno de la escuela, agradeció a sus maestros los valores y convicciones del hombre revolucionario y responsable que es. Con rigor y amor nos hicieron mejores profesores y estudiantes, rememoró Migdo, profesora de Historia.

A todos impresionó la lucidez de Carlos Felipe, el subdirector docente, quien ahora octogenario rememoró la estricta disciplina y el tesón del colectivo.

Han transcurrido más de 40 años de la fundación de la ESBEC donde brillaban los espejos, pero sus maestros y alumnos siguen orgullosos por haber hecho brillar también la luz de la enseñanza.