Después de la victoria del movimiento 4 de Mayo, cuya lucha la iniciaron estudiantes de la universidad de Beijing en el año 1919, quedó claro que el camino del marxismo-leninismo y de la Revolución de Octubre era el correcto.

Además, debía ser la clase obrera la columna vertebral de la revolución en China, quien uniría las fuerzas para llevar a efecto el combate total contra el imperialismo y el feudalismo.

El 23 de julio de 1921 se realizó en Shanghái el Primer Congreso Nacional del Partido Comunista de China, con la participación de 12 delegados, entre ellos, Mao Tse Tung.

Este congreso adoptó los primeros estatutos y señaló el surgimiento de una organización política de la clase obrera de nuevo tipo.

El rumbo estaba trazado; por delante, la difícil tarea de cohesionar fuerzas y vencer tanto a los enemigos internos como a los externos.

Hasta la victoria

Desde la fecha de fundación del Partido Comunista de China, el 1 de julio de 1921, la organización estuvo presente para impulsar la lucha en todos los frentes.

Tanto en la primera como en la segunda guerra civil, y en la de Resistencia contra Japón, la conducción de Mao Tse Tung, supo vislumbrar las estrategias y tácticas para alcanzar el triunfo.

Un paso decisivo fue la creación del Ejército Rojo de obreros y campesinos. Derrotado el imperialismo japonés, Estados Unidos maniobró junto al régimen dictatorial de Chiang Kai-Shek para escamotear el triunfo.

Comenzó la guerra popular de liberación y Mao Tse Tung calificó al enemigo como «Tigre de papel»

El Partido Comunista, bajo la presidencia Mao Tse Tung, condujo al pueblo chino a la victoria el 1  de octubre de 1949.