Con el regreso el 25 de mayo de 1991 de los cubanos de la misión militar en Angola, concluía la Operación Carlota, nombre con que el gobierno revolucionario bautizó a la gesta en África.

A tres décadas de la epopeya que costó la vida a más de 2 mil 700 internacionalistas en defensa de esa hermana nación, el pueblo matancero evoca la leyenda de la esclava rebelde símbolo de la sublevación de Triunvirato.

Carlota nos llena de orgullo por su valor cuando armada de machetes y aperos de labranza se lanzó contra el mayoral y por el aliento que impregnó en cada episodio bélico a las tropas cubanas en Angola.

Con el regocijo del deber cumplido a África volveremos una y otra vez porque los herederos de aquella rebelde con causa sembraron la semilla de amor y amistad entre los pueblos de Cuba y esas naciones liberadas del yugo del apartheid.