A un año de iniciada la guerra de exterminio contra la población palestina de la Franja de Gaza, el drama cotidiano que hoy devasta a los que allí viven continúa intensificándose, pues la barbarie sionista no parece tener fin.
Hoy casi se eleva a 50 mil los muertos, la mayoría niños y mujeres, entre los palestinos que residen en Gaza, cuyas ciudades han sido arrasadas y más de un millón de sus habitantes se han visto forzados a desplazarse en busca de una mayor sobrevivencia.
El clamor internacional también aumenta, incluso entre el pueblo israelí que pide la dimisión de su primer ministro Benjamín Netanyahu y su gobierno de extrema y ultra derecha, quienes ponen oídos sordos a la resonancia mundial y continua su política de arrase contra los gazatíes y la Cisjordania ocupada.
Objetivos sionistas.
Gaza y toda Palestina se desangra por días. El dolor de las víctimas de ese conflicto que mata también de hambre, sed y miedo por los que le depara cada día, se eleva más, porque ni siquiera los dejan recibir la indispensable ayuda humanitaria que necesitan para paliar sus mininas necesidades de subsistencia, en medio de continuados bombardeos y oleadas de asaltos militares a viviendas, escuelas y hospitales ya colapsados y desmantelada toda su infraestructura poblacional.
Los objetivos expansionistas de Israel van más allá de eliminar al Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, sino diezmar a la población palestina de sus territorios, colonizándolos con colonos extremistas judíos y constituir allí, lo que llaman el Gran Israel.
Y, por supuesto, extender la guerra a escala regional, como ya está pasando en la zona.
Más allá de Gaza.
Palestina es la patria de un pueblo estoico y valiente, sometido por años a ocupaciones y enfrentamientos, en una especie de limpieza étnica que elimine su identidad nacional.
Lo que hace un año destruye a Gaza es parte de ese plan siniestro. El drama palestino, el desangre de su población y su lucha y oposición a los ocupantes sionistas tiene en Gaza el más reciente y cruel ejemplo.
El genocidio contra los gazatíes no acaba y ni la ONU ni la comunidad internacional han logrado mucho en sus pedidos a Tel Aviv de finalizar la agresión y aliviar de inmediato la situación humanitaria que sufren sus habitantes.
De hecho, la extensión del conflicto a escala regional, como sucede ahora en El Líbano, contradice cualquier intento de paz y, a todas luces, busca su ampliación más allá de la Franja de Gaza, según versados en el tema.