La Habana, Cuba. – Encargados de proyectar, diseñar, construir y mantener estructuras de diverso tipo, los arquitectos se erigen como poetas de la ciudad.

Su arte se basa en reflexionar conceptos del habitar bajo necesidades sociales y transformar líneas, números y planos en realidades urbanas.

Con ese empeño laboran los arquitectos cubanos, que hoy celebran su día, en homenaje a la apertura oficial del Colegio que representa a los graduados de esa especialidad en todo el país.

Desde 1935, los profesionales del sector se congregan el 13 de marzo para estrechar lazos de compañerismo, rendir sensible recuerdo a los colegas desaparecidos, conocer los avances de la profesión y  reverenciar a estudiantes y profesores destacados.

Proyectando futuro

Las acciones del 13 de marzo de 1957, además de tener un significado especial para la patria, se convirtieron en estandarte del arquitecto cubano.

Su trascendencia emana de José Antonio Echeverría, estudiante de Arquitectura y presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, que ofrendó su vida por la justa idea de fundar una república libre.

Con el legado de perseverancia y coraje del joven mártir, los arquitectos cubanos ponen su granito de arena en bien de las transformaciones de nuestro modelo económico, que impone nuevos retos y alternativas.

Su misión: garantizar a toda costa la calidad de las obras, enfrentando sin miedos el intrusismo profesional y el voluntarismo superficial, que atentan contra el alto nivel de durabilidad en sus proyecciones.