El constante accionar de las fuerzas progresistas conllevó a que el Batistato, ante esa presión popular, decretara la amnistía que liberó a los moncadistas del reclusorio nacional de Isla de Pinos.

Luego de 22 meses de encarcelamiento, los revolucionarios encabezados por Fidel salieron de presidio el 15 de mayo de 1955 y como primera actividad Fidel dio una conferencia de prensa en Isla de Pinos, donde entregó el Manifiesto al pueblo de Cuba.

En él expresaba: Nuestra libertad no será de fiesta o descanso, sino de lucha y deber, de batallar sin tregua desde el primer día, de quehacer ardoroso por una patria sin despotismo, ni miseria.

Un multitudinario recibimiento acogió a los moncadistas en La Habana. Fidel partiría después a México para preparar la lucha y volver rumbo a la salida del Sol.