La Habana, Cuba.- En su paso hacia la inmortalidad, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, nos regaló el derecho a una vida digna, y nos enseñó a luchar por un socialismo próspero y sostenible, con más trabajo y eficiencia.

Con su ejemplo imperecedero y sus sabias palabras, nos inculcó la fe en el triunfo y nos conmovió con su magistral discurso del Primero de Mayo del 2 mil,  en el que nos llamó a ser cada día mejores seres humanos.

Nos convidó Fidel a la lealtad a la patria, a la unidad, a cambiar todo lo que deba ser cambiado, a partir del ejemplo personal, del respeto a la ética y a los principios del socialismo.

Nuestro líder histórico nos legó la sensibilidad humana, esa que necesita el país para seguir haciendo realidad sus sueños de justicia para Cuba y el mundo, tal y como lo expresó en su histórico Concepto de Revolución.

Fidel entre nosotros

A cuatro años de su partida física, todo un pueblo enaltece su espíritu revolucionario, para rendir homenaje al hombre que no dejó morir a Martí en el año de su centenario.

Usted, Comandante invicto, nos inculcó también el amor por nuestros héroes y mártires, nos enseñó a defender nuestra tierra libre y soberana, y nos insistió en ser antiimperialistas, un principio que mantendremos inalterable.

Cada hijo digno de esta tierra, y del resto del mundo, está comprometido con sus ideales, por eso frente al monolito que guarda sus sagradas cenizas, y en toda Cuba, los agradecidos te seguiremos acompañando hasta la victoria siempre.

Como dijo un poeta avileño: Nadie murió; menos él; digan que brotó una rosa en las manos de Fidel, entonces, mientras algunos mercenarios tratan de dividirnos, le ratificamos, Comandante, que continuaremos su obra para Cuba y para el mundo.

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