En el espacio que cada semana se dedica a sitios notables de la capital, hablaremos del Paseo del Prado, lugar muy conocido por quienes viven en La Habana o están de visita a esta bella urbe.

Su construcción empezó en 1772, durante el gobierno del Capitán General Felipe de Fondesviela y Ondeano, Marqués de la Torre. Luego fue el sitio preferido de los vecinos y visitantes para sus paseos vespertinos.

Esa vía tiene una milla de largo, desde su inicio frente al Castillo de la Punta, hasta el Parque Central. Cuando se creó, se hicieron aceras a lo largo de su trayecto, destinado  a las personas que iban a pie y en el centro se plantaron árboles de sombra.

Es curioso saber que en esa época, cuando paseaban varias damas en las volantas de las familias ricas, si iba algún caballero, él se colocaba en la parte interior para que ellas lucieran sus vestidos.

Los paseos por el Prado habanero

Cuando se celebraban las fiestas del carnaval habanero en la época colonial, circulaban por ese céntrico sitio de la capital conocido como el Paseo del Prado gran cantidad de carros privados.

Entonces, crecía el tránsito de vehículos en ese sitio, que luego adoptó el nombre de Alameda de Isabel Segunda, en honor a la reina de España.

Del Paseo del Prado y quienes transitaban por la emblemática zona comentaron los residentes en La Habana, quienes seguían las costumbres establecidas.

Se dice que los días festivos los dueños de carruajes mantenían el lugar ocupado en los desfiles de carnavales anteriores, claro, si tenían un buen respaldo económico que les permitiera mantenerlo.