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Miguel Ángel Buonarrotti, el genio del Renacimiento; Auguste Rodin, padre de la escultura moderna; y Gian Lorenzo Bernini, el creador del estilo escultórico barroco. Son tres de los artistas que nos han legado algunas de las esculturas más bellas e increíbles del mundo.

Inicialmente le acercamos al primero, Michelangelo, una de las grandes figuras de la cultura italiana, de quien se destacan tres obras, como “La Piedad”, escultura realizada a finales del siglo XV sobre mármol en forma de bulto redondo, que permite que se pueda ver desde todos los ángulos.

Otro de sus tallados fue “David”, hecho a inicios del siglo XVI, en mármol blanco, con una altura que supera los cinco metros, y un peso de más de 5 mil 500 kilos.

Y de Miguel Ángel también es “El Moisés”, escultura del siglo XVI, centrada en la figura bíblica de Moisés, realizada igualmente sobre mármol blanco.

Esculturas de Rodin

Otro de los escultores más célebres de todos los tiempos fue el francés Auguste Rodin, considerado el padre de la escultura moderna y cuya importancia en la historia se debe a la ruptura con el canon académico que imperaba en el siglo XIX en su país.

Entre sus piezas más famosas está “Los Burgueses de Calais”, que representa a los seis burgueses que, en mil 347, al inicio de la Guerra de los Cien Años, se ofrecieron a dar sus vidas para salvar a los habitantes de la ciudad de Calais, en Francia.

“El Pensador” es otra de sus famosas esculturas, concebida en el siglo XIX para decorar el tímpano del conjunto escultórico “La Puerta del Infierno”.

En tanto “El Beso” es, sin duda, una de las obras cumbres de Auguste Rodin. Representa a Paolo Malatesta y Francesa da Rimini, DOS personajes históricos marcados por la tragedia del poeta italiano Dante Alighieri.

Los tallados de Bernini

Escultor, arquitecto y pintor fue Gian Lorenzo Bernini, considerado un artista total, creador del estilo barroco. El escultor italiano del siglo XVI llenó a Roma de obras increíbles, como la iglesia de Sant’Andrea, en el Quirinal, o el famoso Baldaquino de San Pedro, en la basílica del Vaticano.

En esta ocasión nos centramos en su faceta como escultor y en su fascinante “Éxtasis de Santa Teresa”, escultura realizada en mármol blanco y que se puede admirar en la capilla Cornaro, de la iglesia de Santa María della Vittoria, de Roma.

Realizada entre 1647 y 1652, la pieza refleja el momento en que un ángel le retira el dardo de oro que le había clavado a la monja Carmelita en el corazón, una mezcla de dolor y placer que Bernini plasmó en la cara de su escultura.