Íntimamente relacionados están el amor y los celos, ya que quien ama permanece por lo general en estado de alerta hacia la otra persona.

Los celos en pequeñas dosis son saludables e incluso pueden calificarse de románticos, pero cuando son excesivos pueden resultar enfermizos y llegar a causar irremediable dolor.

Como en muchos de los problemas psicológicos, son el inicio y el desencadenante de una situación personal y familiar insostenible. Una vía para dominar los celos es hablar abiertamente de ellos con la persona que los provoca.

Es fácil que en toda relación se produzcan por temor a perder al ser querido, pero hay que ser capaz de controlarlos para lograr ser feliz, pues quien los padece difícilmente puede ser feliz, ya que sus deseos por controlar a su pareja de forma continua, y el sospechar de todos sus actos, le imposibilitan conseguir esa felicidad.

¡No seas celoso!

¿Quién no ha sufrido por culpa de los celos? Aunque no lo crea, debajo de la persona celosa se percibe una baja autoestima, dificultad para valorarse a sí mismo y patrones afectivos mal aprendidos o modelos poco útiles para seguir.

Los especialistas orientan que se debe identificar si existen realmente razones para sentir celos, y cuando aparece un arrebato, lo mejor que se puede hacer es mantenerse calmados y serenos. No conviertas tus sentimientos en un asunto público, elige bien a quien cuentas lo que sientes, no se lo comuniques a cualquiera.

Es importante fomentar la buena comunicación y los agradables momentos, ya que si entramos en la dinámica de solo discusión, estamos perdidos.

Aleja los malos pensamientos y ten confianza en ti, esa es la única manera de evitar esos destructivos sentimientos que son los celos y ser plenamente feliz con tu pareja.

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