La Habana, Cuba. – En Neuville, cerca de París, el 16 de septiembre de 1898 murió el Padre de la Patria puertorriqueña, Ramón Emeterio Betances Alacán, pobre y enfermo; 21 años tardarían sus restos en descansar en Borinquén.

Médico, periodista, orador, poeta y revolucionario, fue alma de la insurrección de septiembre de 1868, conocida como Grito de Lares; también, abogó por la abolición de la esclavitud, la libertad de los nacidos de madres esclavas y el progreso de los humildes.

Colaborador de la Guerra Necesaria que defendió José Martí, se confirmó con acciones y palabras, y el Apóstol dijo no olvidarlo porque era el corazón de su país, con el que Cuba se hermanaba y abrazaba.

Al prócer Ramón Emeterio Betances Alacán el pueblo le llama Padre de los pobres y los negros y Padre del movimiento de la libertad puertorriqueña.

Médico de los pobres

Al boricua Ramón Emeterio Betances Alacán el pueblo lo vio como vocero de sus libertades, los necesitados como su providencia, y por la ayuda a enfermos y desvalidos le apodaron “Médico de los pobres”.

Considerado entre los primeros higienistas sociales, fue también oftalmólogo exitoso y hasta enemigos acérrimos le reconocieron como el mejor cirujano de Puerto Rico en su época.

En su país introdujo procederes quirúrgicos y asépticos y, con la colaboración del anestesiólogo venezolano Pedro Arroyo, realizó la primera cirugía bajo cloroformo en la isla, en noviembre de 1862.

De Ramón Emeterio Betances son los libros Las causas del aborto, un examen de posibles muertes espontáneas de fetos y madres, y El Cólera: Historia, Medidas Profilácticas, Síntomas y Tratamiento, sus experiencias controlando la epidemia de ese tipo acaecida en Mayagüez.