La Habana, Cuba. – Llega apurado de la escuela, rápido hace la tarea y corre hacia la computadora a jugar videojuegos. Son casi 6 horas que pasa Gabriel cada día con el teclado y el mouse en la mano, alejado de todo y todos.
En los últimos años, una nueva adicción a la tecnología y los videojuegos ha emergido, especialmente en los más jóvenes, quienes han nacido en la era tecnológica y se han acostumbrado desde muy pequeños a interactuar con cualquier tipo de aparato.
Sobre el tema, los expertos coinciden en que el uso excesivo de la tecnología puede resultar tan adictivo como las drogas y el alcohol.
Seguramente muchos pensarán que no es lo mismo porque no tiene efectos perjudiciales en la salud, pero abusar de la tecnología puede llevar a deterioros en las relaciones sociales.
Educar en el uso tecnológico correcto
La realidad es que la tecnología no es mala si se utiliza de manera provechosa, y aunque las ventajas no son lo que más destacan en los videojuegos, es cierto que los niños pueden llegar a agudizar la actividad deductiva.
Además se estimula la lógica, la agudeza visual y se desarrolla también una mayor rapidez en los actos reflejos.
A pesar de esas posibles ventajas, lo que da más que hablar son los riesgos que pueden provocar los videojuegos, como el deterioro de la actividad física, la tendencia al sedentarismo y la obesidad en la infancia.
Limitar el tiempo de los videojuegos
Por su permanente interés en el juego, evitar al máximo cualquier tipo de actividad al aire libre es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los jóvenes apegados a los videojuegos.
¿Qué hacer ante esta nueva adicción? En primer lugar, se debe limitar el tiempo de uso dentro del calendario de rutinas y actividades semanales.
Educar en un ambiente más humano es la mejor fórmula para que niños y jóvenes no llenen otros vacíos personales con las tecnologías, que no están hechas para complicarnos la vida, sino para hacerla más fácil.