La Habana, Cuba. – El 6 de octubre de 1976, la aeronave de Cubana de Aviación apenas comenzaba su ruta desde Barbados hasta Jamaica, con destino a La Habana.

A escasos minutos de despegar del aeropuerto, 73 personas murieron tras la explosión de dos bombas, en lo que se consideró el peor ataque de su tipo en el hemisferio occidental hasta ese momento y uno de los más brutales actos de terrorismo ideados por la CIA en contra de la Revolución.

El crimen se concibió en Caracas por terroristas de origen cubano, quienes emplearon a dos venezolanos para colocar los artefactos en la nave.

En la Plaza de la Revolución más de un millón de personas, en representación de todos los cubanos, despidió a las víctimas el quince de octubre; allí, Fidel Castro dijo: “El crimen no puede matar las ideas, el crimen no puede detener la marcha de un pueblo victorioso”.

Víctimas del terrorismo

En la nave de Cubana de Aviación incendiada sobre el mar de Barbados iban coreanos, jóvenes guyaneses que venían a estudiar Medicina en Cuba y tripulantes de la línea en rotación y de la dotación al mando.

El grueso de los viajeros eran los integrantes del equipo nacional juvenil de esgrima que compitió en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte, en Venezuela, y ganó todos los títulos.

En los últimos minutos, la pericia del piloto Wilfredo Felo Pérez y el copiloto Miguel Espinosa Cabrera, posibilitó que la nave girara hacia un lado, evitando abatirse sobre la playa cercana; en los tribunales se demostró que el avión cayó como resultado de explosiones focalizadas en filas de asientos y el baño trasero de la cabina de pasajeros.

En homenaje a quienes perecieron en el Crimen de Barbados, el 6 de octubre es el Día de las Víctimas del Terrorismo.