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La Habana, Cuba. – El 19 de febrero de 1473 nació en la ciudad de Thorn, en Polonia, quien sería el sabio materialista más grande de su tiempo: Nicolás Copérnico.

A él debe la Astronomía uno de los más grandes aportes: el Sistema Heliocéntrico del Mundo, cuya creación fue, según la describió el gran filósofo Federico Engels, el acta revolucionaria por la cual la ciencia de la naturaleza proclamó su independencia… y se produjo a partir de entonces, un desarrollo de las ciencias a pasos de gigante.

La doctrina de Copérnico, la cual planteaba que el Sol está ubicado en el centro del Universo y los planetas, incluida la Tierra, y se mueven a su alrededor, rompió con las arraigadas concepciones teológicas que imperaron en el mundo hasta el siglo XVI.

Contra el dogma religioso

Cuando en el siglo XVI Nicolás Copérnico dio a conocer su Sistema Heliocéntrico del Mundo, asestó aplastante golpe a las concepciones religiosas de aquella época.

Era la primera vez que alguien osaba mostrar la inconsistencia de la teoría que hasta entonces situaba a la Tierra como un cuerpo fijo en el centro del Universo, el cual se movía alrededor de ella. Fue el ilustre astrónomo polaco quien rompió con tales ideas, pero, además, echó abajo la leyenda de la creación del mundo por Dios.

La Iglesia estimó sus doctrinas contrarias a las Sagradas Escrituras y puso en acción contra ellas todos los medios de la Inquisición.

Pero el aporte trascendió y perdura, pues después de la muerte de Copérnico, sus contemporáneos más avanzados, Giordano Bruno y Galileo Galilei, prosiguieron los trabajos del Maestro.