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Como una enfermedad crónica es definida la adicción a las drogas. Una persona adicta, de forma compulsiva busca y consume esas tóxicas sustancias a pesar de conocer sus nocivas consecuencias.

El doctor Alberto Quirantes, Jefe del Servicio de Endocrinología del capitalino Hospital Salvador Allende, refiere que en los adictos se modifica el cerebro y se daña su estructura y funcionalidad por esos venenosos adictivos.

Recuerda que cada año fallecen millones de personas en todo el mundo debido a la adicción a las drogas ilícitas y a determinados medicamentos recetados.

Las consecuencias nocivas del abuso y la adicción a las drogas las sufren directa o indirectamente personas de todas las edades, sentencia el doctor Quirantes.

Condiciones que perturban el bienestar y desarrollo

En relación con los bebés expuestos a las drogas desde del útero, pueden nacer prematuros y con bajo peso. Esa irresponsable exposición es capaz de demorar el desarrollo intelectual del niño y afectar su comportamiento en el futuro, señala el doctor Alberto Quirantes.

El Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Salvador Allende destaca que cuando se analizan a los adolescentes sumidos en el mundo de las drogas, con frecuencia tienen mal comportamiento, un deficiente desempeño académico y abandonan la escuela sin haber concluido sus estudios.

Al hablar sobre la etapa adulta, el doctor Quirantes sostiene que quienes abusan de las drogas a menudo tienen problemas para pensar con claridad, recordar y prestar atención

Además desarrollan comportamientos sociales deficientes por esa razón, y se ve afectado su rendimiento en el trabajo.

Razones sin razones

La adicción a las drogas por parte de los padres a menudo implica hogares caóticos colmados de estrés y serias dificultades económicas, así como abuso infantil y negligencia sobre los menores.

Existen varias razones, más bien sinrazones, para consumir esas sustancias. Una de ellas, subraya el doctor Alberto Quirantes, es para sentirse bien, pues las drogas de las que se abusan producen sensaciones de placer, aunque de efímera durabilidad.

Otra de las excusas es para sentirse mejor quienes padecen de ansiedad, trastornos vinculados con el estrés o la depresión, agrega el también Profesor Consultante.

Y apunta que los adolescentes son más proclives a participar en comportamientos riesgosos, entre ellos el consumo desmesurado de drogas, como una forma de impresionar a sus amigos y expresar su independencia de las normas sociales.