Por: Teresita Jorge

Claudio José Domingo Brindis de Salas, considerado el mejor violinista del mundo, conocido como el Paganini negro, falleció el 2 de junio de 1911 en Argentina.

Nació el 4 de agosto de 1852 en La Habana, e inició sus estudios de música con su padre, Claudio Brindis de Salas, violinista y contrabajista, integrante de una orquesta muy popular en los salones capitalinos de mitad del siglo XIX.

Con su progenitor estudió violín desde niño, y con 10 años ofreció su primer concierto en el Liceo de La Habana con José Van Der Gutch como pianista acompañante, función en la que también actuó Ignacio Cervantes. Poco después realizó una gira por ciudades cubanas con su padre y su hermano José del Rosario, también violinista.

Viajó a México y se radicó en Veracruz, donde ofreció conciertos y posteriormente se trasladó a París.

Un virtuoso del violín

En la capital francesa, Brindis de Salas realizó estudios con Ernesto Camilo Sivori, Hubert Leonard y Charles Dancla.  En 1870 el joven es laureado con el primer premio del concurso del Conservatorio de París, y emprende una gira por Florencia, Turín y Milán.

En la escala de Milán y demás escenarios del viejo continente sus actuaciones fueron avaladas por el entusiasmo del público y de la crítica. Brindis de Salas siguió paseando su arte por el mundo y fue aclamado en cuanto escenario se presentó el genial músico.

Entre los países que lo aplaudió estuvo Venezuela, destaca el profesor José Marcial Ramos Guedez, quien refirió que Brindis de Salas dejó gratos recuerdos entre los amantes de la música clásica, expresada a través de su violín.

El compositor venezolano José Antonio Calcaño dijo que el violinista cubano fue, tal vez, el primer verdadero virtuoso que oyeron los caraqueños.

Esplendor y ocaso de un genio

En Caracas, Brindis de Salas recibió los más altos honores que en esa ciudad se rindiera a un músico. El compositor venezolano José Antonio Calcaño escribió que el Paganini negro publicó algunas de sus composiciones, y ayudó en la técnica del violín a  ejecutantes venezolanos del instrumento.

Cuenta que, además de sus conciertos en Caracas, Brindis de Salas fue invitado a la ciudad de Puerto Cabello, donde coincidió con otro extraordinario violinista cubano: José White.

Después de su visita a Venezuela, Brindis de Salas viajó a Bogotá donde ejerció como profesor en la Academia de la Música, luego se trasladó a Alemania y fue músico de cámara del Emperador. En los últimos años de su vida vivió sumido en el olvido y la pobreza.

Murió en Buenos Aires el 2 de junio de 1911, y años después sus restos fueron trasladados a La Habana.