La Habana, Cuba. – Tras la derrota en semifinales, muchos preguntaron acerca de qué puede haber pasado con un equipo que parecía destinado a llegar a la final.
La realidad es los Leñadores de Las Tunas fueron mejores en el terreno en todos los órdenes de juego, incluso el psicológico, por lo que pudieron romper el mito de que no ganaban contra los yumurinos en postemporadas, como había ocurrido en tres ocasiones anteriores.
Asimismo, todos los indicadores de juego con respecto a lo visto en cuartos de final frente a Artemisa se lastimaron a niveles increíbles y ni hubo reacción por Matanzas.
Tres jugadores claves en el equipo: Erisbel Arruebaruena, Yadil Mujica y Yurisbel Gracial no supieron llevar la voz cantante y entre ellos apenas batearon para 162S de average. Ese mismo trío de peloteros, junto a Rudy Silva, encontraron 28 corredores en posición anotadora y apenas remolcaron 2.
Otros argumentos para los yumurinos
El cuarto lugar de Matanzas en la Serie Nacional de Béisbol se explica también en el abuso por parte de la dirección del equipo del toque de bola, en tanto pocas veces vimos utilizar la velocidad en función de la ofensiva.
Si el equipo no estaba produciendo en una serie muy corta, los cambios en la alineación no debieron esperar hasta el final, sobre todo en el caso de Mujica. Asimismo, si el primer lanzador del staff, Naykel Cruz, no es capaz de aportar una victoria es imposible aspirar a avanzar.
Quizás sea hora de pensar si mucho del legado que dejó Víctor Mesa en ese equipo sea necesario rescatar, sobre todo en cuanto a la disciplina y rigor en los entrenamientos. Incluso, la veteranía de algunos jugadores sin relevo inmediato parece ser más preocupante que el propio cuarto lugar.
Se acerca una Liga Élite, de seguro, Matanzas volverá a pelear por un podio.