La Habana, Cuba. – El racismo en Cuba es un fenómeno que data desde la propia invasión española a la Isla. Los europeos llegaron a este lado del Atlántico con ínfulas de superioridad a evangelizar en nombre de la providencia.

Explica el investigador Ernesto Limia que durante siglos los supuestos conquistadores mantuvieron a nuestros pueblos bajo la más cruel explotación, llegando a asesinar a civilizaciones enteras.

Con el paso del tiempo, al darse cuenta de la insuficiencia de la mano de obra aborigen, comenzó la trata africana, llegando a crearse en los Estados Unidos colonias para reproducir a esas personas como si fueran animales.

Por otra parte, luego de la revolución haitiana, la sacarocracia cubana vio la posibilidad de convertirse en los mayores productores de azúcar, por lo cual instauraron jornadas de trabajo de 20 horas donde los esclavos caían muertos por la sobreexplotación.

Un ejército de iguales

La demonización que instauró la cultura anglosajona hacia la población africana duró siglos acompañada de los peores instrumentos de tortura.

Sin embargo la historia demuestra que fueron los esclavos africanos los que de a poco se convirtieron en la base fundamental del Ejército Mambí, luego del grito de independencia de 1868.

Más allá de dar la libertad a sus esclavos, el mayor mérito de Céspedes fue llamarlos a la lucha y darles la oportunidad de pelear y obtener grados militares como iguales, afirma el historiador Ernesto Limia.

Fue durante ese tiempo que surgieron héroes como Maceo, Flor Crombet, Guillermón Moncada, entre otros. Sin embargo con la llegada de la República mediatizada los yanquis introdujeron en el orden psicológico y político un racismo superior, marginando a todos los negros y negras que durante treinta años pelearon por la independencia de Cuba.

Cruzada revolucionaria contra el racismo

El racismo durante la república burguesa en Cuba se multiplicó, de ahí que Fidel apuntara como una de las prioridades de su lucha acabar con ese flagelo.

Durante los años del Ejército Rebelde se forjaron las figuras de Juan Almeida, Armando Mestre, Gerardo Abreu Fontán y otros descendientes de africanos que se convirtieron en cubanos defendiendo una bandera y un himno.

La Revolución a su llegada hizo una cruzada enorme contra el racismo, sin embargo era un mal implantado en el imaginario social por más de cinco siglos, de ahí que el combate no ha terminado.

Subestimamos el alcance del racismo, expresó Ernesto Limia en su espacio estelar de Podcast que mensualmente comparte con Radio Reloj. Hay un plan gubernamental que encabeza el presidente de la República, afirma Limia, sin embargo la lucha tiene que ser de todos, pues no hay socialismo con discriminación.