La Habana, Cuba. – Concluida sus labores en Ciego de Ávila, tras un recorrido de siete semanas por 5 mil 700 kilómetros a lo largo de las costas norte y sur de nuestro país, el Bojeo a Cuba ha dejado una valiosísima información sobre el estado de los arrecifes coralinos, la megafauna marina, especialmente tiburones, el  impacto  en nuestra plataforma insular del cambio climático, los fenómenos naturales, las actividades humanas, la contaminación y otros.

Las investigaciones oceanográficas constituyen un suceso para la ciencia, pero la evidencia resultante suma otro valor de la expedición científica: demuestra la imperiosa necesidad de promover la cultura medioambiental, sobre todo en los habitantes de comunidades costeras, quienes deben aprender a convivir en armonía con el entorno y encontrar en este las fortalezas para enfrentar las adversidades que imponen fenómenos naturales adversos.

Legado audiovisual

El Bojeo a Cuba concluyó con una inestimable contribución al patrimonio audiovisual del país, dada la captura de imágenes únicas y reveladoras de los ecosistemas marinos y costeros del archipiélago.

Omelio Esteban Borroto, uno de los coordinadores de la expedición, dijo que, gracias a la tecnología de avanzada utilizada en la expedición, incluyendo drones, equipos de filmación subacuática y cámaras terrestres, se pudo captar imágenes de alta definición, vívidas y reveladoras, que ofrecen una visión completa de Cuba desde el mar.

Por su parte, Patricia González, presidenta del Consejo Científico del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana y jefa del proyecto, enfatizó que los materiales recogidos serán útiles para promover prácticas que aseguren la protección de hábitats, en tanto los informes del Bojeo a Cuba pueden, incluso, derivar en la declaración de nuevas áreas protegidas.