Artemisa, Cuba.– Al ser Cuba un país eminentemente agrícola, y la tierra aportar un gran por ciento de sus alimentos, se hace necesario llevar a los alumnos el conocimiento de las prácticas agroecológicas a los cultivos desde la enseñanza primaria.
Aunque esas habilidades son generalizadas en los campos por los agricultores de todas las provincias, fomentar el cuidado de la tierra y la protección del medio ambiente desde edades tempranas permitirá formar hombres y mujeres interesados en incorporarse a estudios superiores sobre agronomía.
Se trata de una amplia capacitación que incorpore las experiencias campesinas y los adelantos científicos, que unido a la activa participación del alumnado en los huertos escolares, abonará el camino para los nuevos profesionales en la rama.
Incentivar los estudios agrícolas
Los expertos en la rama afirman que los huertos escolares son una forma de vincular a los alumnos con la agricultura, pues se fomenta el amor por la naturaleza, se aprenden las propiedades de la tierra y se promueven hábitos en el consumo de vegetales y hortalizas.
Los especialistas también destacan la necesidad de que en las escuelas primarias se vincule el plan de estudio a las actividades en los huertos, con informaciones de cómo preparar la tierra, sembrar, cuidar los cultivos, la protección contra las plagas y enfermedades, además de aportar los productos al comedor del centro.
Incentivar esos estudios recordaría la cita de nuestro José Martí cuando expresó: en pueblos que han de vivir de la agricultura está el deber de enseñar preferentemente el cultivo de los campos.