La Habana. – En Cuba la Revolución social constituye un proceso importante en la transformación de la vida de los pobladores, y es una convicción de Estado para afianzar un régimen progresista, destacó Carmen Bell Blanco, jefa de prevención, asistencia y trabajo social en Diez de Octubre.

Resaltó la funcionaria que, en este sentido el Programa de Trabajo Social ha devenido desde su creación hasta nuestros días, en plataforma para llevar el mensaje de apoyo y acompañamiento a cada familia vulnerable.

Bell destacó que la asistencia a madres solteras con más de 3 hijos, la ayuda a ancianos, discapacitados, niños con uno o ambos padres reclusos, y la oferta de empleo a jóvenes desocupados y exconvictos, son algunas de las acciones que solo en una Revolución Socialista se pueden realizar.

Nuestro proyecto social es inclusivo, enfatizó, y transformar e involucrar es premisa de una sociedad que necesita de todos.

Donde el pensamiento se vuelve accionar

Muchas de las acciones que realiza el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se ven limitadas por la imposibilidad de adquirir recursos debido al bloqueo económico y financiero, aseguró Carmen Bell Blanco.

La jefa de asistencia social acentúo que, a pesar de las dificultades se trabaja para elevar la calidad de vida de cada ciudadano, a la vez que recordó la lucha del pueblo cubano por el derecho de todos a la educación, la convivencia interracial, y otros logros sociales que defendió.

Blanco destacó que la estrategia es no claudicar, y agregó que el carácter de esta Revolución está determinado por las tareas sociales que cumple la clase revolucionaria y todas aquellas personas que por un bien mayor se suman.

Somos voz y ojos de una Revolución que abraza a todos sus hijos, decretó, la fuerza de la clase obrera y la resistencia de un pueblo que no traiciona sus ideales.