La Habana, Cuba.- Cada año la escena se repite en muchísimos lugares del país, para celebrar el cumpleaños de los Comités de Defensa de la Revolución. Primero, los vecinos dejan las calles limpias y engalanadas para la ocasión, con el apoyo de hombres, mujeres y hasta niños, siempre motivados ante cada movilización popular.

Y el día del jolgorio, desde temprano se advierte el ajetreo. Por aquí unos pelan y cortan en trozos diversas viandas. Por allá, otros colocan los bloques de cemento, apilan viejas tablas de madera o ramas viejas, y limpian el enorme caldero.

Poco después todo está listo, y se enciende la hoguera. Ahora SÍ empieza lo mejor. Ya se cocina –a la vista de todos- la típica caldosa, la que no puede faltar en esta fiesta popular. Los propios cederistas aportan los ingredientes básicos, y los cocineros –según su experiencia- le dan el toque final a la sazón.

Y se hizo tradición en Cuba

La caldosa es como el sello de la fiesta popular con que se celebra el cumpleaños de los Comités de Defensa de la Revolución, en cuadras o comunidades. No importa el calor. Una taza de ese caldo espeso y humeante le asienta a cualquiera.

Dicen que todo comenzó cuando Inocente Iznaga “El Jilguero de Cienfuegos” popularizó una tonada en la que se elogiaba la caldosa elaborada en Las Tunas por José Enrique Pérez y Luz Marina Zaldívar, conocidos como Kike y Marina.

Luego los CDR generalizaron la idea de extender por todo el país la receta perfeccionada por aquel matrimonio. Tal vez por el concepto de colectividad que entraña su propia preparación.

Los cederistas –que ya formamos una familia de más de ocho millones de miembros- festejamos los 56 años de los CDR. Y con caldosa, el convite queda mejor.