La Habana, Cuba. – En el habanero Castillo del Príncipe, el 19 de noviembre de 1888 nació José Raúl Capablanca Graupere, el genio a quien se llamó máquina de jugar ajedrez.

Virtuoso, ganó por primera vez en público a los 5 años, fue campeón cubano a los 12, panamericano a los 20 y titular del orbe a los 32; el norteamericano Reuben Fine lo definió como “un jugador perfecto, el único que siempre dominó todas las finuras del juego del rey”.

Tercer campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927, vivió su esplendor entre dos conflagraciones y como ajedrecista acumuló 302 victorias, 246 tablas y 35 derrotas.

La Federación Internacional de Ajedrez declaró el 19 de noviembre como Día Mundial del Ajedrecista en homenaje a José Raúl Capablanca.

Servicio diplomático

José Raúl Capablanca estuvo en el servicio diplomático cubano y los diversos cargos que asumió durante los viajes a torneos internacionales sirvieron de soporte a su carrera deportiva.

Fue canciller de primera clase del Consulado de Cuba en San Petersburgo, jefe de Información y Prensa del Servicio Exterior de Cuba y agregado Comercial de la Legión de Cuba en Francia y demás países de Europa, excepto España y Gran Bretaña, con jurisdicción en África y el Extremo Oriente.

Integró el Servicio Exterior hasta su muerte, el 8 de marzo de 1942, en el Club de Ajedrez de Manhattan; cuando se levantó y pidió ayuda para quitarse el abrigo le vino una hemorragia cerebral.

Alexander Alekhine al conocer el suceso, dijo de José Raúl Capablanca: “Nunca antes hubo, ni volverá a existir, un genio igual”; sus restos descansan en la Necrópolis de Colón.