La Habana, Cuba.- Aunque los Mercados de Artículos Industriales, MAI, han sido de gran aceptación en la población, aún existen insatisfacciones.

María Esther Rivero, vecina del capitalino municipio de Playa, expresó a Radio Reloj que la escases de material de limpieza, como la lejía, cloro y el desincrustante, junto a otros productos de aseo personal en los MAI, además de pasar por las limitaciones de la economía nacional, también demuestra que en algunos de esos centros NO hay una regulación en cuanto a su venta.

Algunos de esos productos llegan a esos establecimientos y en ocasiones no pasa ni 2 horas y se agotan, señaló, pero después esos mismos productos te los encuentras con un precio superior en el mercado negro, acotó.

María Esther se queja que en algunos MAI los productos están tan hacinados que NO se logra percibir la mercancía y en otros los precios están poco visibles.

Para satisfacer a un mayor número de la población

En diálogo con Pablo Jesús Cruz, Administrador del Mercado de Artículos Industriales, Almendares, sito en la calle 74 y 17, en el municipio de Playa, expresó que cuando los productos de gran demanda por la población llegan a su establecimiento la venta se regula.

Se debe de tener conciencia y respetar al pueblo, aseveró, no es justo que una persona se compre gran cantidad de un producto y que otro grupo no logre alcanzarlo, abundó.

Por lo general en Almendares 2 o 3 veces al año entra para su comercialización entre 30 a 40 colchones, que es uno de los productos estrella, explicó, por tal razón se limita su venta.

La económica del centro Rosa María Santisteban, agregó que esas medidas se toman para evitar que algunas personas acaparen con el fin de vender ilícitamente y, además, para satisfacer la necesidad de un mayor número de la población.

Disparidad entre la producción y la oferta

Para Adolfo González, vecino del municipio de Centro Habana, los Mercados de Artículos Industriales, MAI, han sido una gran alternativa para la población, aunque considera que algunos productos tienen precios muy elevados equivalentes al costo en las tiendas de moneda convertible.

En cuanto a la limitación de la venta de los productos, González declaró que regular la comercialización de esas mercancías de gran demanda para la población, no es la solución más acertada. Lo más favorable sería intentar que haya una sistematicidad en los surtidos que se reciben, así se evitaría la insatisfacción de las personas y se impediría que ganara terreno el mercado negro, aseveró González.

Se ha podido apreciar que en ocasiones se potencian algunos lugares en detrimento de otros, y que existe un problema de disparidad desde el punto de vista de la producción y de la oferta.