La Habana, Cuba. – Aunque no sea de forma generalizada, el consumo de drogas, legales o no, en los adolescentes y jóvenes es cada vez a una edad más temprana, por ello, las consecuencias se agravan en la salud y el aprendizaje.
No es casualidad que quienes emplean alguna sustancia psicoactiva les afecta el rendimiento académico, pues el uso de drogas implica un daño considerable en los procesos neuronales.
Utilizar la triada de alcohol, tabaco y drogas trae efectos nefastos para la salud mental de los jóvenes y su bienestar a corto o largo plazos; en el ámbito educativo conlleva a la falta de motivación en la escuela o el abandono de los estudios.
Hoy debe ser tarea cotidiana reforzar la prevención del consumo de drogas en los espacios primordiales para la formación y el crecimiento de las futuras generaciones, dígase el hogar y la escuela; ahí radica la clave para que no caigan en un falso paso.