La Habana, Cuba.- Cuando se le pregunta a Mercedes Morales cuál es el momento más feliz de su vida, responde rápido y sin dudas. “La maternidad, esa sensación de llevar dentro a mi hijo, oír sus latidos en los ultrasonidos y observar como el cuerpo cambia a medida que el bebé crece, son vivencias inolvidables. Pero escuchar su primer llanto, sostenerlo entre los brazos y amamantarlo, esas experiencias no tienen comparación con nada”.

Mercedes engendró a dos hijos y aunque cada parto tuvo sus peculiaridades -que ella recuerda muy bien- reconoce un factor común. “Mis niños vinieron al mundo de forma natural, nada más que salieron la doctora los colocó encima de mí y cuando estuve lista, los puso en mi pecho. Estuve un año completo alimentándolos solo con leche materna y nunca se enfermaron en esa etapa”.

Las enfermeras Lázara Carmenate e Isis Marín . Foto: L. Mitjans

Las enfermeras Lázara Carmenate e Isis Marín . Foto: L. Mitjans

Lázara Carmenate e Isis Marín llevan más de 30 años como enfermeras en el Hospital Gineco-Obstétrico América Arias, conocido como Maternidad de Línea, ubicado en el Vedado habanero. La experiencia adquirida durante el trabajo con embarazadas y  recién nacidos, además de los años de estudio, les permiten afirmar que la leche materna es fundamental para los infantes, sobre todo en la primera etapa de la vida.

La primera vacuna

“Puedo decir que la lactancia es la primera vacuna que se le administra al bebito, ya que sus propiedades son muy importante. Esa leche mantiene la temperatura adecuada, es más fácil de digerir, y hace al niño más resistente a los cuadros diarreicos y a otras enfermedades comunes en ese tiempo”, afirmó Lázara

Los especialistas recomiendan la lactancia exclusiva hasta los seis meses y explican que después de este periodo lo mejor es combinarla con otros alimentos que el niño de esa etapa pueda tolerar. Todos coinciden en que el tiempo máximo de lactancia es  hasta los nueve meses, aunque reconocen que hay mujeres que lo extienden por un año o más.

Las enfermeras enseñan técnicas para amamantar a una futura madre. Foto: L. Mitjans

Las enfermeras enseñan técnicas para amamantar a una futura madre. Foto: L. Mitjans

“Notamos que el niño que solo se alimenta con leche materna tiende a enfermarse menos. Sus avances en el desarrollo psicomotor son rápidamente notables”, aseveró Isis.

Con la experiencia de los años, ahora Mercedes certifica que sus dos hijos estuvieron el primer año de vida alimentándose solo con leche materna, una experiencia por la que sigue abogando, aunque reconoce que la limitaba en algunas cosas. “No podía dejar a los niños al cuidado de nadie porque ellos se alimentaban cada vez que lo deseaban. No había tiempo u horario fijo, pero yo no pensaba en eso porque mi prioridad era que crecieran sanos y fuertes”

Hoy la leche materna no es vital, por lo que muchas madres, sobre todo en los últimos años, han dejado de lactar o lo hacen por poco tiempo. Ello se debe a varios factores entre los que sobresale el seguimiento de patrones estéticos promovidos por la globalización, el aumento de la “Cultura del biberón” y la creencia de que las fórmulas industriales pueden suplir los nutrientes que posee la leche materna.

“Yo crié a mi hijo con biberón y siempre estuvo sano y fuerte”, me dice orgullosa y algo incómoda Teresa García, una madre que podía amamantar, pero que como tantas otras decidió no hacerlo por razones estéticas.

Teresa desconoce o no quiere recordar que según el artículo Salud de la madre, el recién nacido, del niño y del adolescente, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia natural exclusiva reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía, favorece un pronto restablecimiento del bebe enfermo, contribuye a la salud y el bienestar de la madre, ayuda a espaciar los embarazos, disminuye el riesgo de cáncer ovárico y mamario, constituye una forma segura de alimentación y resulta inocua para el medio ambiente.

La realidad es que dar el pecho es una decisión muy personal, pero también es un derecho del niño. Sin embargo, lo más importante, es que cada madre debiera sentir no solo el deseo, sino también el placer de proporcionarle a su pequeño todo lo que provee para él, esa máquina perfecta que es el cuerpo humano.

La leche materna es fundamental para el bebé. Foto: escambray.cu