La Habana, Cuba. – La pandemia del coronavirus SARS-Cov-2 impuso en 2021 un complejo escenario epidemiológico que laceró los tradicionales indicadores de excelencia de la salud materno-infantil en Cuba, con su mayor expresión en una tasa de mortalidad infantil de 7,6 por cada mil nacidos vivos.

Durante el año, 6 mil 947 embarazadas y puérperas fueron diagnosticadas con la COVID-19, y 93 de ellas fallecieron.

Con la llegada de la cepa Delta, la evolución se tornó aún más desfavorable, con un incremento notable de embarazadas positivas que transitaban al estado crítico, por lo que fue necesario ventilarlas e interrumpirles el embarazo.

En cuanto a la población en edad pediátrica, hubo un incremento de niños que enfermaron, de ellos 11 mil 692 menores de 1 año, y 18 fallecieron como consecuencia de la COVID-19.