La alergóloga Rafaela Antina Corrales es una de las fundadoras de la Escuela para niños y adolescentes asmáticos, familiares y maestros, del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez.
En declaraciones a Radio Reloj, afirma que ese programa es algo fabuloso, muy provechoso, pues enseña qué es el asma y a manejarla por el paciente y el familiar.
«La parte que llevo en la escuela es la preventiva, educando a los pacientes sobre lo que deben hacer. Les enseño todo lo que les puede producir las crisis y después los motivo a no ponerse en contacto con esos factores desencadenantes. En ese sentido insto a tener la casa limpia, sin polvo, forrar los colchones. Pero también hacemos hincapié en los detonantes alimentarios, pues se están consumiendo muchas sustancias tóxicas y alérgicas, por ejemplo: colorantes, saborizantes, conservantes, que están en todas las chucherías”, explica.
Preparación indispensable
«El asma, como enfermedad crónica, depende mucho de la preparación que tenga la familia y el paciente, para poder convivir con la dolencia de la manera menos traumática posible», expresa la doctora Rafaela Antina.
Expone que la escuela para niños y adolescentes asmáticos está dirigida a pequeños de seis años hasta los 19, cuando culmina la edad pediátrica, pero vienen mamás con niños muy chicos y quieren aprender sobre la enfermedad, lo cual es bueno porque si ella sabe cómo enfrentar la afección de su hijo, este mejora.
Ello es muy importante, pues al alcanzar la adolescencia, el joven llega a esa etapa de la vida conocedor de todos los aspectos de su enfermedad, y ello les posibilita mucho el control de signos y síntomas para evitar las crisis.
No se deja de reconocer que ha mejorado el arsenal de medicamentos para el asma, pero es vital la importancia que se le ha dado hoy en día a la prevención.
Disminuye la severidad
“A pesar de que el asma va en aumento, con la Escuela para niños y adolescentes asmáticos, familiares y maestros del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez hemos conseguido disminuir la severidad de la enfermedad y ello es resultado de la educación. Es un logro que un paciente asmático severo sea un asmático controlado y ese es nuestro objetivo”.
Tras señalar lo anterior, la doctora Rafaela Antina hace constar que las madres aprenden.
“Nos damos cuenta cuando vemos en la consulta que los padres que han venido a la escuela son más disciplinados y ayudan mucho al seguimiento de su hijo. Por eso insto a todos los pacientes a que vengan a la escuela, y a replicar esta en otras instituciones”.
Y no concluye sin destacar la voluntad y entusiasmo de la doctora Dania Fabré, coordinadora de la escuela, para la que solo se necesita deseos de trabajar con el fin de ayudar al paciente asmático.