Nuestra juventud a lo largo de la lucha por la justicia derramó ríos de sangre. En la clandestinidad y en la Sierra Maestra escribió páginas de heroísmo en la última insurrección contra el asesino Batista y sus acólitos imperialistas.

Los años 1957 y 1958 del pasado siglo, fueron decisivos en la marcha de la batalla emancipadora, pero también constituyó un doloroso rosario de vidas segadas en plena juventud. El 30 de julio de 1957 cayó asesinado Frank País, cuyo sepelio multitudinario estremeció la nación.

Al respecto Fidel expresó: por eso los días como hoy venimos a hablar de los caídos, de los que lo dieron todo; y es lógico porque el Día de los Mártires es también el día de la ciudad mártir de Cuba. El 30 de Julio quedó establecido el Día de los Mártires de la Revolución.

Joven excepcional y brillante

Si la juventud que protagonizó la lucha insurreccional contra Batista demostró su osadía y conciencia política, sus jefes fueron ejemplo y luminarias en el decursar de esa batalla.

Frank País fue uno de esos cuadros excepcionales y brillantes. De él aseveró Vilma: Desde el principio Frank constituyó un factor fundamental en la formación de cada uno de nosotros con los principios de disciplina y organización. Junto a Fidel fue el orientador del Movimiento 26 de Julio en Santiago.

Dirigió el alzamiento del 30 de noviembre; y la estrategia trazada ese día tras las acciones, demostró su genialidad, firmeza y calidad de dirigente en la protección de los combatientes que la jauría batistiana buscaba.

A 61 años de su asesinato, nuestra juventud tiene en Frank, y todos los caídos, la genuina inspiración del revolucionario.