La Habana, Cuba.- Antes de 1959 la situación que Cuba presentaba en el sector hidráulico se correspondía con las condiciones de subdesarrollo económico existentes.

De los 300 asentamientos con más de mil habitantes, sólo 114 contaban con suministro de agua por acueducto y 12 con alcantarillado, al tiempo que funcionaban 16 instalaciones de cloración.

Con el triunfo de la Revolución, los recursos hidráulicos se convirtieron en patrimonio común, en función del abastecimiento de agua potable, del desarrollo agrícola e industrial, de la prevención de los embates de la naturaleza como los huracanes y la sequía.

Impulsada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, surgió entonces la voluntad de desarrollar esos recursos y dar el lugar que le correspondía a esa área en la vida social y económica de Cuba.

Potenciar los recursos

Gracias a las ideas y acciones previsoras del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en la actualidad Cuba dispone de una capacidad de almacenaje de agua superficial de más de nueve mil millones de metros cúbicos en los 242 embalses.

Se han creado sistemas de acueducto, pues existen más de 22 mil kilómetros de redes y más de dos mil instalaciones para su potabilización.

En todos estos años se han formado miles de ingenieros hidráulicos y técnicos, lo que le ha permitido al país contar con una fuerza capacitada para la elaboración de los proyectos.

Hoy el reto mayor está en mantener y cuidar al máximo la colosal obra hidráulica edificada por la Revolución, con el liderazgo de Fidel, exigiendo a todos el imperativo de optimizar, tanto en el sector estatal como en el residencial, el uso del agua.