Estados Unidos. Una ola de indignación recorre Estados Unidos tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, en Minnesota, lo que reabre una herida que parece nunca sanar en ese país: la violencia racial.

Marchas con pancartas, protestas y pedidos de justicia se registran en California, Chicago, Memphis, Nueva York, Oakland, Ohio, Colorado, donde además hay enfrentamientos con la policía, gases lacrimógenos, incendios y saqueos.

Pese a la pandemia, miles de personas salieron a las calles de Minneapolis desde el 27 de mayo, un día después de trascender en un dramático video en Internet cómo un policía blanco presionaba con una de sus rodillas el cuello de Floyd quien pedía auxilio y decía no puedo respirar.

Esa frase devino en principal cántico de los manifestantes en esta nueva oleada de indignación por un crimen que tiene larga lista de antecedentes.