La Habana, Cuba. – La política antiinmigrante desarrollada por las autoridades del estado de Texas, violando las disposiciones federales en esa materia, han conducido a un enfrentamiento abierto entre el gobernador texano Greg Abbott y el presidente estadounidense Joe Biden.
Integrante de la facción más conservadora del Partido Republicano y partidario de Donald Trump, el gobernador de Texas de manera unilateral tomó el control de la frontera sur prohibiendo a la Patrulla Fronteriza federal acercarse al área, mientras desplegó alambradas de púas en un segmento del río Grande.
Las tensiones siguen en aumento, desde que la Corte Suprema de Estados Unidos indicó a las autoridades de Texas retirar las alambradas y dejar a la Patrulla Fronteriza realizar su labor, lo cual es incumplido por el gobernador Greg Abbott que lejos de acatar la orden ha incrementado la presencia de agentes de la Guardia Nacional bajo su control.
Por su parte la administración Biden asegura que hará cumplir la ley, lo que hace temer ocurra un enfrentamiento militar entre las propias fuerzas estadounidenses.
Guerra civil en el horizonte
La posición intransigente de las autoridades de Texas en un abierto desafío a la autoridad del Gobierno Federal se perfila como el inicio de un conflicto interno de mayores proporciones, mientras muchos analistas y la prensa ya hablan de una guerra civil entre varios estados de la unión.
En las últimas horas 25 estados controlados por gobernadores republicanos han manifestado su apoyo al gobernador texano Greg Abbott y han decidido el envió a la región de tropas de la Guardia Nacional, mientras la administración Biden anunció hoy el corte de todos los fondos federales para Texas.
Para nadie escapa la mano de Donald Trump detrás de estos sucesos, quien de manera continua sigue acusando a Biden de haber abierto las fronteras, mientras promete que de ganar la presidencia reforzará la presencia militar en la región, levantará nuevos muros e impondrá duras medidas contra México, declaraciones que buscan un apoyo en las urnas.
Reportes de prensa este domingo indican la llegada a la frontera de Texas de varias milicias de supremacistas blancos, partidarios de Trump y dispuestos a arremeter con todas sus fuerzas contra los migrantes irregulares.
Miedo, xenofobia y politiquería
El desacato del gobernador Abbott a la decisión de la Corte Suprema de retirar las cercas de alambres de púas y otras barreras construidas a lo largo de la frontera con México para frenar la inmigración eleva las tensiones en Estados Unidos.
Siguiendo la retorica supremacista blanca, los políticos texanos califican a todos los migrantes como delincuentes, traficantes de drogas y maleantes, narrativa que repiten en los medios de prensa para sembrar el miedo entre los votantes por una invasión desde el sur, mientras promueven a Donald Trump como el político que puede solucionar el problema de la frontera, algo con un evidente objetivo de cara a las elecciones de noviembre.
Mientras en el Congreso los legisladores trabajan por establecer un acuerdo bipartidista encaminado al control de la frontera, influyentes medios de prensa han denunciado que Trump está presionando a los representantes y senadores republicanos para que retrasen y hagan fracasar cualquier acuerdo con el argumento que eso beneficiará a Biden ante los ojos del electorado.
Sin dudas el escenario político en Estados Unidos se debate en un conflicto interno de graves consecuencias para la existencia misma de esa nación, mientras crece la aspiración de Texas de separarse de la unión americano, algo con consecuencias nefastas para ese país.