La Habana, Cuba. – La disertación del Dr. C. Mario Martín Garateix, asesor de Posgrado de MES —invitado por la Directora de Postgrado de la Universidad de La Habana, la Dr. C. Tania Ortiz Cárdenas—, cobró significación en tiempos de cambios del posgrado en Cuba.

El anfiteatro Varona de la casi tricentenaria institución sirvió de escenario al planteamiento de ideas que escalan en la concepción de las maestrías y especialidades de posgrado bajo nuevas normas jurídicas generalizadas con las resoluciones 138 y 140, de 2019, y la instrucción 1 de 2020.

Se dieron cita además, 60 profesionales dedicados a la gestión de la actividad en el universo académico, entre los que destacan coordinadores de programas de maestrías, vicedenos y la Dr. C. Maday Alonso del Rivero Antigua, vicerrectora de la institución.

Cambios que sostienen la calidad

La concepción abierta de los programas de maestrías y especialidades de posgrados —y su acreditación a futuro— forman parte de la nueva política del país, encaminada a prestar mayor atención en la formación y capacitación continua del personal técnico y cuadros calificados.

Los cambios están centrados en factores que dinamizan la calidad, como lo es el crédito académico de treinta horas, de ellas doce lectivas y su implementación, tiempo que corresponde, por definición, al estudiante para las actividades independientes.

Con un máximo de 60 créditos obligatorios, opcionales y libres —que permite reconocer otros otras formas del postgrado fuera del programa— la nueva concepción ofrece la posibilidad de establecer intercambios académicos, de reconocer y que se reconozcan los estudios en nuestro país, en el extranjero y viceversa.

Mayor apertura a los intereses país

Las especialidades, dirigidas a la actualización, la profundización, el perfeccionamiento, la reorientación y la ampliación del conocimiento, en su conjunto, ganan importancia con las nuevas normas jurídicas.

Por su parte, los indicadores de calidad para evaluar los programas a distancia también aparecen en el nuevo escenario, todo lo cual imprime actualidad a la concepción de la evaluación, actualmente regida por una misma metodología para todas las modalidades.

No dejan de ser objeto de cambios y profundización los programas en red.

La concepción de las maestrías, ahora de mayor amplitud, considera la docencia, la investigación, la actividad artística y otras profesiones, por igual, la administración pública, tecnológica y de dirección, todo lo cual denota que trasciende —por los resultados— la investigación tradicional, más acorde a los intereses demandados a las instituciones académicas.

Esclarecedor intercambio

De las palabras de la Vicerrectora es significativa la concepción expresada: “Los programas que se diseñen o transforme en el futuro inmediato deben ser promovidos por la fundación universitaria y estar concebidos fundamentalmente en la modalidad a distancia”.

El resto de las participaciones, tras la intervención inicial, certifican entre otros aspectos, “La necesidad de concebir los nuevos programas utilizando la estructura curricular de los diplomados para así alcanzar la añorada eficiencia y con ello favorecer los procesos de acreditación institucional, pensados, en el caso de la Universidad de La Habana, para 2025”.

Los cambios, por su naturaleza transformadora, traen un sinnúmero de incógnitas, sobre todo en procesos académicos de elevadas exigencias, sobrevienen entonces jornadas de estudios y consultas a fin de lograr los resultados esperados en el más breve tiempo posible.

Fotos: Javier López