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La Habana. – Cuba cuenta con un poco más de 8 millones de hectáreas de suelos agrícolas, de los cuales solamente el 23 por ciento entran en la categoría productiva uno y dos.

Explican los especialistas que una gran parte de ellos están afectados por salinidad, erosión, mal drenaje, baja fertilidad, acidez, así como por muy bajo contenido de materia orgánica, de retención de humedad y desertificación.

A partir de esta realidad y la necesidad imperiosa que tiene el país de proteger ese recurso, hace un año entró en vigor la política de conservación, mejoramiento y manejo sostenible de los suelos, que busca garantizar la producción agropecuaria y el sustento de la biodiversidad, en medio del cambio climático.

Como parte de su implementación se incentiva en los productores el uso de la agroecología, la agricultura de Conservación y se les realizan pagos por servicios medio ambientales.