Granma, Cuba.- A fin de optimizar el rendimiento melífero, campesinos especializados en la crianza de abejas efectúan labores de mantenimientos a los apiarios.
En esta etapa de baja floración, los finqueros limpian, reparan y sustituyen colmenas, cambian láminas interiores de depósitos y abejas reinas, y se concentran en la obtención de derivados como propóleos, polen y cera.
También trabajan en la sanidad ambiental y la salud de todo el enjambre del colmenar, al aplicar bio-preparados para combatir las plagas polilla y varroa y depredadores como lagartijas, arañas y aves.
Al prepararse técnica y logísticamente, los apicultores granmenses llegarán a fines de año mejor preparados para la recolección de miel de abejas, una de las más rentables y comercializables producciones pecuarias cubanas, cuyo valor internacional ronda los mil 500 dólares por toneladas.