Tokio, Japón. Japón es uno de los países más seguros del mundo, a pesar de la trascendencia que Hollywood le ha dado a la Yakuza, la famosa pero escasa mafia nipona.

Por las calles de Tokio, sede de los Juegos Olímpicos 2020, se puede transitar sin problemas a cualquier hora.

Además, el japonés de a pie es servicial y siempre está dispuesto a ayudar al que lo requiera. Sin embargo, y como es razonable, la Olimpiada ha significado un gran despliegue policial e incluso militar para garantizar la seguridad de los participantes.

Desde hace unos días se aplica una Zona de Exclusión de tres kilómetros alrededor de los recintos deportivos para evitar posibles atentados terroristas. Esa zona permanece en funcionamiento desde dos horas antes del inicio de las competiciones hasta una hora después de finalizadas.

Garantizar la seguridad

En esta Olimpiada, la vigilancia del Centro de Transmisiones Internacionales y la Sala de Prensa estaba en manos de voluntarios y algunos policías.

Sin embargo, desde hace unos días, esa tarea ha sido encargada al ejército, y jóvenes militares sin armas se ocupan del control del acceso al majestuoso y moderno Centro Internacional de Exposiciones de Tokio, sede de esas instalaciones.

En el interior del centro, por los gigantescos pasillos, los uniformes de camuflaje se mezclan con periodistas y técnicos.

También en la cercana bahía tokiota hay presencia militar sobre lanchas rápidas, mientras un par de fragatas artilladas están en uno de los muelles. Japón quiere garantizar la seguridad de la Olimpiada, pero sobre todo seguir siendo un país tranquilo.