El mundo del dibujo animado ha estado liderado desde siempre por hombres. Por ello, encontrarse con una mujer que siente inquietudes por este arte cinematográfico es siempre motivador.

Lídice Fernández Espino integra un proyecto comunitario que tiene como fin animar cuentos realizados por niños y en el que emplea diferentes técnicas como el recortado, el dibujo, la acuarela…

Puede ser una imagen de una persona y de pie

En entrevista a esta directora conocimos sobre su cortometraje de animación El fantasmita Gerundio, de realización independiente y apoyado por Animados ICAIC.

¿Cómo surge el audiovisual que estás haciendo en conjunto con Animados ICAIC?

Cuando la COVID-19 tiene a medio mundo aislado en su casa, y a muchas personas en Cuba también, aparecen oportunidades increíbles. Ocurre que siempre necesitas personas con muchísimo deseo de ayudar por un lado y, por el otro, a quienes quieren trabajar. Ese binomio tiene que existir para alcanzar cosas como estas.

Conozco al doctor Aramís Acosta desde antes de que me diera clases en uno de los módulos de la maestría que cursé en Realización Audiovisual. Lo conozco de Sagua [la Grande, Villa Clara], de donde somos los dos. Él sabe del trabajo que hago en mi programa infantil, hemos hablado de ello en muchas ocasiones, por eso le comenté que había experimentado en animación.

La idea nació a partir de unas historias en versos del programa infantil El rincón de Florecita, que dirijo hace unos años en el canal Sagua Visión, en Sagua la Grande. Le conté que algunos niños se han sumado al proyecto, tanto en la radio como en la televisión, y me pidió ver las poesías. Las envié y me sugirió que pensara en presentarle una idea que tuviera como base el dibujo animado.

No voy a negar que fue una sorpresa, sobre todo porque el equipo con que yo podía trabajar era bien reducido, las condiciones técnicas también, y me pedía que hiciera una propuesta de dibujo animado sin una experiencia en este tipo de audiovisual. Y quizás ahí estuvo la mayor motivación y reto, hacer desde mi casa en Sagua la Grande un trabajo conjunto con Animados ICAIC. Suerte agregada, el deseo de ayudar de Esther Hirzel, directora de la institución que hizo suya la propuesta y la apoyó contra viento y marea.

¿De qué trata el cortometraje?

El fantasmita Gerundio es uno de los cerca de 28 cuentos que integran Los cuentos de la tía Li.

Se llama así porque viene de mi nombre. Yo soy la tía Li, quien los narra. En ellos también interviene un grupo de niños con los que he trabajado en la realización de spots en CMES Radio Sagua. La COVID impide trabajar con muchos niños, por eso me auxilio de vecinos cerca de la casa. Desde sus hogares han contribuido con el diseño de los personajes, se adueñaron de los colores para darles vida y se vincularon a las grabaciones.

El fantasmita Gerundio trata del miedo, esa emoción primaria, que sentimos todos, en uno u otro momento de la vida, pero cuando somos niños no podemos concientizar luchar contra él. Así que la única forma que tenemos para enfrentarlo es conociendo su causa. Es por esto que, a través del fantasmita Gerundio, trato de mostrar que el miedo es el reflejo de nuestros propios temores, es por ello que está en nosotros dominarlo. “El fantasmita Gerundio sale, si le das permiso, por eso ya no te asusta, porque lo escondes tú mismo”. Nadie puede enfrentarse a sus miedos más que uno mismo. Así es que me auxilio de Gerundio, para que a aquellos que la noche aterra porque tienen miedo sepan que cuando “Gerundio sale a merodear sin derroche” se lleva todos los temores que acompañan a los niños, que sí hay fantasmas buenos.

Utilizamos la animación tradicional, es decir, a través de dibujos recortados con fondo fijo, y además insertamos grabaciones en formato de video. A raíz de esta primera propuesta con Animados ICAIC creamos DEJAQUETECOJA-PRODUCCIONES, porque hay otros cuentos de la tía Li que ojalá pudieran realizarse, lo que podría llamar una saga de El fantasmita GerundioMi sombra y Mi sombra aprende a asustar.

También están Panchito, el elefantico que quiso dormir en la Luna, para hablar de lo necesario de luchar por los sueños de cada quien; Lo que dice la maestra de la niña de las gafas, cuyo tema es el bullingLa miel del amor, que muestra que no hay barreras si somos capaces de aceptarnos como somos; Tribilín el karateca, que demuestra que nunca hay un enemigo invencible; así como Con los tacones de gataUn barco cargado de…, Un cangrejo marinero, Alejandro y la gatica, Una gotica de lluvia, Florencio y el sol, Foto de cumpleaños, La jutía enredadora y otros tantos.

Los cuentos de la tía Li podría ser un libro, ese sería otro sueño a realizar. Y es que la propuesta audiovisual se presenta así, un libro con ese título, que se abre y en él nos encontramos con historias, en estrofas de cuatro versos octosílabos.

Háblanos de ti como realizadora y del equipo que te acompaña en esta producción.

Nací en Sagua la Grande, aunque con cuatro años me fui a vivir a Sitiecito y allí estuve hasta que terminé la secundaria y me bequé en el IPVCE “Ernesto Che Guevara”, en Santa Clara. Allí debíamos formarnos para científicos, pero yo terminé siendo artista. Es verdad que el camino casi nunca es recto. Estudié un técnico medio en Economía y comencé a trabajar en la Emisora de Radio, donde ya había pasado un curso de locución.

En 2002 comencé la carrera de Audiovisuales en la sede del entonces Instituto Superior de Arte (ISA) en Camagüey, en la modalidad de curso para trabajadores y formé parte de esa primera matrícula. En el segundo año me trasladé para La Habana, donde terminé la especialidad de Dirección, en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) en el 2007.

En ese tiempo trabajé como locutora en varias emisoras de radio (Enciclopedia, COCO, Metropolitana, Radio Ciudad, Radio Rebelde) y como asistente de dirección del programa televisivo Sitio del arte. Fui fundadora de Tele San José como conductora del noticiero y a la vez era la especialista nacional de audiovisuales en la sede de la AHS. Estuve cinco años en La Habana y luego regresé a Sagua la Grande, donde vivo actualmente. Aquí soy directora, locutora y guionista de la radio y televisora locales. En el 2017 terminé la Maestría en Realización Audiovisual, en el ISA. Ahora hago un dibujo animado en colaboración con Animados ICAIC y suena hasta surrealista.

Conformé un equipo pequeño con varias personas que conozco y con las que trabajo a diario, que pertenecen al Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico y tienen siempre total disposición para seguirme. Entre ellos, Nelson Martín, mi esposo y quien siempre me acompaña en cuanta locura se me ha ocurrido en 17 años juntos, pero que lo hace con total conocimiento porque él es máster en Realización Audiovisual y director de fotografía, egresado de la FAMCA, que también asumió otros roles más allá de la fotografía. Sumé al equipo dos ingenieros en Cibernética y Matemáticas, que son editores de la televisión local: Pabel Ulacia y Artaignan Roque. Además, conté con el apoyo de Armando Castro, escenógrafo del canal Sagua Visión que tiene experiencia en otros trabajos con Animados ICAIC y la televisión; y de mi hija, Camila Fonseca Fernández, que estudia en segundo año de Gestión Sociocultural para el Desarrollo y está habilitada como realizadora de sonido y editora de televisión.

Los niños con los que ya había trabajado, Marlon, Amy, Alison y Anyelina, también se vincularon en tanto lo permitió el aislamiento. Así que con este equipo de realización y con una técnica elemental que cuenta con una computadora de mesa, una laptop y nuestros celulares, nos dispusimos a soñar con hacer “muñequitos”.

La iniciativa fue aprobada y financiada por Animados ICAIC, lo que es para todos los que integramos el team una verdadera satisfacción, porque somos independientes. Animados ICAIC confió en nuestro proyecto y a distancia mantenemos estrecho vínculo con Esther y Aramís, que nos guían para llegar a los resultados que vamos teniendo.

¿Te sientes satisfecha con esta unión artística entre la institución y los jóvenes independientes?

Esta unión demuestra que las cosas pueden hacerse siempre y cuando se quiera. No es mi propuesta la única que se produce hoy en Animados ICAIC que une a esa institución con los jóvenes independientes. Lo que se necesita son personas como las que encontramos allí, que se quitan la modorra de la realización y se atemperan a los nuevos tiempos. Suerte de contar con actitudes como las de Esther y Aramís para que algo increíble de pensar pudiera hacerse realidad.

Lo importante es buscar dónde están las ideas, desde los grupos de creación pueden proponerse cosas interesantes o, al menos, distintas. Eso hace que las instituciones se renueven, pero que, además, los creadores del país puedan llegar a todas partes desde el lugar donde viven. No hay que ir para La Habana para hacer las cosas, lo que necesitamos en la capital es a personas que reconozcan al resto del país. Animados ICAIC es muestra de que cuando hay deseo entre los que saben y dirigen, puede hacerse.

Tomada de Cubacina

(Foto: cortesía de la entrevistada)

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