Roberto Chile junto a Magda Resik en el Salón de Mayo, Pabellón Cuba. Foto: L. Hernández

La Habana, Cuba. Roberto Chile, el realizador audiovisual, documentalista, periodista, y más que todo, revolucionario, accedió a una invitación de Magda Resik, para que contara sobre su vida y obra.

Prefiero ser el que está detrás de cámaras”, refirió Roberto Chile al comenzar el encuentro en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba.

Chile proviene de una familia común, su madre era de Sagua la Grande y su padre era Comerciante de Centro Habana. Allí vivió durante su niñez. El primer recuerdo que tiene el artista está marcado por fuertes estruendos en la calle de su casa. Ese día su madre lo tomó de la mano y fueron a parar al Malecón Habanero, allí comenzó todo.

Era el 8 de enero de 1959, la Revolución Victoriosa llegaba a La Habana, y Roberto Chile estaba ahí, presenciando como los barbudos eran recibidos por el pueblo cubano.

Puede ser que ese impacto haya marcado la vida de este modesto hombre, el mismo que no quiere ser llamado “maestro”, pese a ser guía de muchos realizadores que lo han acompañado en su trayectoria.

Roberto Chile, documentalista cubano. Foto: L. Hernández

Quiso ser químico, mezclaba todo lo que tuviera a mano, chocolate, leche, café, frijoles, agua, sal, azúcar, y después se lo daba a beber a un familiar. Pero esas ideas murieron el mismo día que le dio a tomar un preparo a un primo y este terminó muy mal. “Me di cuenta que lo mío no era la Química, me gustaba, pero no quería ser causante de otro accidente.”

Poeta puede considerarse, ya que tiene un libro de poesías dedicadas a Fidel, ese que ha marcado su carrera, en lo personal y lo profesional.

Fidel en la marca personal de Roberto Chile

Extraño trabajar con Fidel Castro, para mí, que he vivido tanto junto al líder histórico de Cuba, es muy difícil adaptarme a que ya no es él quien preside cada acto, quien está en cada marcha, en cada hogar afectado por un huracán. Pero me siento satisfecho por la oportunidad de haber fotografiado mucho de los momentos importante de la vida de Fidel y de la Revolución Cubana”, resaltó Chile.

Respeta y admira la obra fotográfica de muchos cubanos, pero sobresalen dos nombres: Santiago Álvarez, el maestro, el amigo y Alberto Korda, con su genial imagen del Che.

El buen fotógrafo debe hacer la imagen que está fuera del alcance ocular de los presentes, ese es el secreto, buscar lo esencial, lo que está detrás del alma de uno mismo”, así aconsejó el destacado documentalista a los jóvenes presentes en el Salón de Mayo.

En mi carrera nunca fui censurado, estuve en momentos importantes, pero Fidel confió en la prensa, nunca revisó ninguno de mis materiales. Ese mérito nos lo ganamos, tampoco fue fácil, pero fue el resultado del respeto a nuestra profesión, y sobre todo la ética profesional”.

A través de su obra no solo reflejó al Fidel líder político, sino al hombre común, de pueblo, al amigo.

«El buen fotógrafo debe hacer la imagen que está fuera del alcance ocular de los presentes, ese es el secreto».